21.05.2023 – El Laboratorio de Hemoderivados “Presidente Illia” de la Universidad Nacional de Córdoba celebra 59 años de compromiso social con la población, garantizando la producción pública de medicamentos esenciales y productos médicos, a través de un modelo de autogestión eficiente, transparente y sustentable.

Desde hace más de cinco décadas, su propósito es mejorar la vida de las personas mediante la elaboración de productos accesibles, de alta calidad, seguridad y eficacia. De esta manera brinda respuestas a demandas críticas en el campo de la salud nacional y regional.

Además de ser el único productor de medicamentos derivados del plasma, y tener la mayor planta fraccionadora de Sudamérica, este laboratorio farmacéutico universitario también elabora medicamentos inyectables de pequeño volumen y derivados de tejidos humanos.

Promueve el trabajo colaborativo con otras organizaciones e impulsa formas de producción y consumo sostenibles. Por este motivo, adhiere a la Red Pacto Global de la Organización de Naciones Unidas y a los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS).

Asimismo, desde octubre de 2022 integra la Mesa Directiva de esta red a nivel nacional, que actualmente reúne a diversos sectores de distintos puntos del país, comprometidos con alinear sus estrategias a los principios universales sobre derechos humanos, trabajo, medio ambiente y anticorrupción.

Este laboratorio garantiza el acceso a medicamentos estratégicos logrando que el sistema de salud sea más justo y solidario. Al mismo tiempo que apuesta a la innovación y al desarrollo permanente, incrementando las capacidades científico-tecnológicas del país. 

Su origen

La fundación del Laboratorio fue posible por la donación de los fondos reservados del ex presidente Arturo U. Illia, a través del Decreto Presidencial 3681 de 1964, que destinó 60 millones de pesos de aquella época a la construcción de la Planta Fraccionadora de Proteínas Plasmáticas en la Universidad Nacional de Córdoba.

Desde ese entonces, se puso en marcha un proyecto estratégico para el país: la producción pública de medicamentos esenciales y complejos, a los que por ese entonces sólo se podía acceder a través de las importaciones.

En 1974 fue habilitado como industria farmacéutica por la autoridad sanitaria nacional. Y años posteriores, con el retorno de la democracia, cambió su nombre a Laboratorio de Hemoderivados “Presidente Illia” de la Universidad Nacional de Córdoba.

A partir de los primeros años del siglo XXI, su rol como proveedor de medicamentos esenciales y de tecnología médica tomó paulatinamente mayor protagonismo. También su modelo de gestión y crecimiento productivo que, a través del desarrollo y la innovación, posibilitaron nuevos productos e invenciones.

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